Comentario Lecturas Misa – 02

COMENTARIO A LAS LECTURAS DEL
DOMINGO 25 DE SEPTIEMBRE DE 2022

«Lo que oí a D. José Antonio, os lo transmito»

Para el Cristiano y Católico, todo lo que se comenta a continuación parece de «perogrullo», pero hay mucha gente a la que el diablo la tiene engañada y, por esto, necesitan consejo. Este comentario no es tan de «perogrullo» puesto que trata un aspecto fundamental del cristianismo y que es el concepto de «FE».

Las Lecturas del Día desde
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–Biblia de Jerusalem 3ª Ed. (Antiguo Testamento)–
–Biblia EUNSA (Nuevo Testamento)–

IMPORTANTE: Abajo de la entrada están los documentos PDF generados desde TeX para una cómoda lectura en PC, Mac y Tablets. Les dejo dos (2) PDFs: Uno formateado para folios en estándar A4 (los normales de toda la vida en España) y otro en estándar A5 (mitad de folio de toda la vida en España). Para imprimir en folios normales usen el documento etiquetado como A4.

Primera Lectura, lectura de la profecía de Amós:
Amós 6,1.4-7:

1 ¡Ay de los que se sienten seguros en Sión y de los que confían en la montaña de Samaría, los notables de la capital de las naciones, a quienes acude la casa de Israel!
4 los que se acuestan en lechos de marfil, arrellanados en sus divanes, los que comen corderos del rebaño y terneros del establo,
5 los que canturrean al son del arpa y se inventan, como David, instrumentos de música,
6 los que beben vino en elegantes copas y se ungen con los mejores aceites, pero no se conmueven por la ruina de la casa de José.
7 Por eso, ahora irán al destierro a la cabeza de los deportados y cesará la orgía de los disolutos.

Amós 6,1.4-7

Lectura del Libro de los Salmos:
Salmo 145 [146 (145)]:

01 ¡Aleluya! ¡Alaba, alma mía, al Señor!
02 alabaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios mientras exista.
03 No pongáis la confianza en los príncipes, seres de polvo que no pueden de salvar;
04 exhalan su aliento y vuelven al polvo, ese mismo día perecen sus planes.
05 Dichoso quien se apoya en el Dios de Jacob, quien tiene su esperanza en el Señor, su Dios,
06 que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en ellos; que guarda por siempre su fidelidad,
07 que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos,
08 el Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos.
09 El Señor protege a los peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda y tuerce el camino del malvado.
10 El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. ¡Aleluya!

Salmo 145 [146 (145)]

Segunda Lectura: De la Primera Carta del Apóstol san Pablo a Timoteo.
1 Timoteo 6, 11-16:

11 Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas y busca la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la constancia y la mansedumbre.
12 Pelea el noble combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que has sido llamado y para la que hiciste solemne profesión en presencia de muchos testigos.
13 Te ordeno en la presencia de Dios, que da vida a todo, y de Cristo Jesús, que dio el solemne testimonio ante Poncio Pilato,
14 que conserves lo mandado, sin tacha ni culpa, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo;
15 manifestación que hará patente en el momento oportuno el bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores;
16 el único que es inmortal, el que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él, el honor y poder eterno. Amén.

1 Timoteo 6, 11-16

Lectura del Evangelio según san Lucas.
Evangelio de san Lucas 16, 19-31:

19 Dijo Jesús a los fariseos: Había un hombre rico, llamado Epulón, que vestía de púrpura y lino finísimo, y todos los días celebraba espléndidos banquetes.
20 En cambio, un pobre llamado Lázaro yacía sentado a su puerta, cubierto de llagas,
21 deseando saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Y hasta los perros venían a lamerle las llagas.
22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán; murió también el rico y fue enterrado.
23 Estando Epulón en los infiernos, en medio de los tormentos, levantando sus ojos vio a lo lejos a Abrahán y a Lázaro en su seno;
24 y gritando, dijo: «Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy atormentado en estas llamas»
25 Contestó Abrahán: «Hijo, acuérdate de que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, en cambio, males; ahora aquí él es consolado y tú atormentado.
26 Además de todo esto, entre vosotros y nosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieren atravesar de aquí hasta vosotros, no pueden; ni tampoco pueden pasar de ahí hasta nosotros»
27 Y él dijo: «Te ruego entonces, padre, que le envíes a casa de mi padre,
28 porque tengo cinco hermanos, para que les advierta y no vengan también a este lugar de tormentos»
29 Pero replicó Abrahán: «Tienen a Moisés y a los Profetas. ¡Qué los oigan!»
30 Él dijo: «No, padre Abrahán; pero si alguno de entre los muertos va a ellos, se convertirán»
31 Y le dijo: «Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto»

Evangelio de san Lucas 16, 19-31

Se van a comentar las lecturas que se leyeron en la Misa del Domingo 25 de Septiembre de 2022. Lo hago desde la homilía de otro Párroco de la Parroquia de San Benito en Jerez de la Frontera (Hermandad de la Clemencia), que se llama D. José Antonio. La homilía es el comentario que hace el sacerdote en la Santa Misa, una vez se leen las lecturas, que terminan como se ve arriba, con una lectura de los Santos Evangelios.

El comentario directo desde este pasaje del Evangelio de san Lucas es muy sencillo y todo el mundo lo entiende perfectamente: Epulón veía al pobre Lázaro (no se debe confundir a este Lázaro con el que Jesús revive desde la muerte) a la puerta de su casa lleno de llagas y pobre y miraba para otro lado; tanto Epulón como sus cinco hermanos miraban para otro lado. Los perros de Epulón comían mejor que Lázaro. Epulón va directo a la Muerte Eterna, a la Segunda Muerte, al Infierno, sin miramientos por parte de Dios.

Se va a explicar la «Parábola del rico Epulón» que Jesús expone en el Evangelio del día, pero desde un punto de vista bastante diferente. Es el punto de vista que D. José Antonio, muy sabiamente, comenta en su homilía. Es una parábola fácil de comprender a primera vista pero tiene un mensaje final dificil de entender en los versículos finales, que van del 27 al 31.

La lectura de la profecía de Amós se nos habla de aquellas personas que se sienten muy seguras en el mundo porque son ricos y poderosos. Esto enlaza directamente con el Evangelio del día, en donde Epulón y su familia, lo único que hacían es comer y beber bien, dándose grandes festines. Se sobreentiende que dormirían bien y que tendrían muchos criados… vamos que no daban un palo al agua. Sus vidas eran darse placer corporal de forma continua. Y los necesitados, pues mejor verlos de lejos no vaya a ser que nos contagien algo. Esto descrito es de cajón.

Bien, pero lo que hay por debajo de la «Parábola del rico Epulón» es la FE. ¿La fe? Sí, y se ve «claramente» (entre comillas) en las palabras finales de la parábola. Epulón le dice a Abrahán que tiene cinco hermanos y que, por favor, mande al ya muerto Lázaro para advertirles y que no acaben en el lugar donde está él mismo (en el Infierno)

Se podría definir la Fe (en este contexto) como creer en algo que no se manifiesta de forma patente. Es decir, la creencia de que Dios existe, normalmente, se hace por un salto desde la razón. No puedo encontrar una vía racional para demostrar si Dios existe o no, pero por alguna causa unos creen y otros no. Es un error pensar que, en familias en la que los padres, abuelos y tíos tienen una Fe en que Dios existe enorme (por muchos motivos que no vienen ahora al caso), entonces los «benjamines» de la familia van a creer en la existencia de Dios con total seguridad… esto un error enorme.

Abrahán le contesta a Epulón que si sus hermanos no escuchan a Moisés y a los Profetas, entonces no cambiarán de vida (no cambiarán sus vidas como Dios Padre desea) aunque vean a un «muerto resucitado»

La FE es un Don (con mayúscula) que otorga Dios a quien quiere. ¿Por qué unos creen en lo que no se ve, por la Fe y otros no? Es un misterio. Lo que sí sabemos es que han habido personas en la Historia de la Salvación, desde Adán y Eva hasta hoy, que han tenido una FE a prueba de bombas; y otros, pues simplemente no creen en absolutamente nada que no vean y escuchen por ellos mismos; y aun «viendo» no creen. Cuando digo «viendo» (palabra que usa Jesús mucho en los Evangelios), son personas que han presenciado algo sobrenatural de forma patente y siguen sin creer que haya algo más después de la muerte. Y no me refiero a «energías» y cosas de ese estilo. Que si cuando muero mi energía va al cosmos… y estos pensamientos. Cuando alguien cree en un Dios «personal» y «creador» de todo lo que vemos y no vemos, y que nos ha creado a nosotros mismos, se suele creer que yo, como ser humano voy a continuar viviendo después de mi muerte. Sí yo, y no mi «energía»

¿Por qué Dios da una señal (aunque casi siempre pequeña) a una persona que hace que dicha persona «vea» (aunque un tanto a oscuras, puesto que esto es la Fe por definición) que existe algo sobrenatural desde esa señal? Esta persona puede pensar que si existen cosas que no vemos, entonces la probabilidad de la existencia de Dios es grande y pueden convertirse, por ejemplo, a la fe cristiana.

Algunas personas se convierten al cristianismo rapidamente desde una señal pequeña. Otros, aunque vean al mismo Jesús o a un Alma del Purgatorio en su habitación, estando conscientes, no van a creer. Pensarán en muchas cosas de esa experiencia, menos en la existencia de un Dios personal. Pensarán que enloquecieron o que esa experiencia fue debida al estrés o debida a otras causas racionales (es decir, causas con explicación desde la psicología, la psiquiatría, etc.) Estas personas van a seguir su vida tal y como la llevan viviendo, y no como Dios quiere que la vivan.

Quizás, es muy probable, que este Dios personal sepa con seguridad si una persona a la que le ofrecería una señal de su existencia, va a cambiar de vida o no. Dios sabe con seguridad que si ofrece esta señal a una persona determinada, entonces funcionará o no para que se convierta (como algo que «ve» o un encuentro fortuito con alguien conocido, etc.) La clave para entender esto radica en que toda acción de Dios, y quiero decir intervención «directa» de Dios en la vida de una persona, por pequeña que sea, cuesta «Gracia». El concepto teológico de la «Economía de la Gracia» es algo que me asombra porque tiene mucho sentido. Entonces, y siguiendo con los hermanos de Epulón, a estos en la parábola, Dios directamente no les va a ofrecer ninguna señal, no van a ver un «Lázaro resucitado» en sus casas porque no va a funcionar.

Señales que Dios da, hay muchas y de distinto tipo. Por ejemplo: pongamos por caso el de un matrimonio que lleva años buscando un primer hijo de forma natural. Cierto día la esposa del matrimonio asiste a una Misa «pidiendo» un hijo a alguien que no ve. Va a cierta parroquia, se sienta en un banco y parece que lo que está presenciando durante la Misa ya no lo entiende bien, porque lleva muchos años sin asistir a una, quizás desde que hizo su Primera Comunión. Al terminar la celebración de la Santa Misa, los fieles se van retirando y esta mujer se queda sola en la parroquia, sentada en el banco. Cuando esta mujer se levanta para marcharse (sin haber consultado con nadie el por qué está ella allí) se da cuenta que a su lado, en el banco en donde estaba sentada, ha aparecido un «chupete» de forma «misteriosa» Dios le acaba de dar un «toque», una señal de que existe, quizás a través de su ángel custodio: «el chupete» Esta mujer toma el chupete y lo mete en su bolso de mano. Al poco tiempo queda «en estado» Este matrimonio se va a convertir y los hijos que vengan serán formados de la forma que Dios quiere que se obre en la vida. Bien, esta «anécdota» que cuento, la del «chupete», es real, no es solo un ejemplo; ocurrió de verdad.

Otros van a Medjugorje y reciben señalen contundentes de que Dios existe.

Entonces, la Fe es un Don que Dios da a quien quiere. Las Virtudes Teologales son tres:

  • Fe
  • Esperanza
  • Caridad (Amor)

Las tres son válidas en vida, pero la única que nos llevamos a la eternidad es la Caridad, es decir lo que amaste en vida a los que Dios te colocó a tu lado o a los que asististe de forma altruista.

Enlace en donde se explica de forma perfecta lo que son estas Virtudes Teologales:

En las lecturas de las Cartas de san Pablo, Pablo dice continuamente que el único mediador entre Dios y el hombre es Cristo Jesús y que toda la Ley y los Profetas se resumen en el «único mandamiento» de Cristo:

«Ama a Dios y, ama al prójimo como a ti mismo»

Es decir, haz al que está a tu lado (próximo, prójimo) lo mismo que te gustaría que te hicieran a ti.

Bien pero para no dispersarnos, nos centramos en la FE.

Abrahán le dice a Epulón: «mira, Dios no acepta tu petición; no va a tomar gracia (que cuesta mucho generar) para que tus cinco hermanos sigan todo el día de «fiesta» La gracia es la moneda de cambio con la que Dios actúa de forma «directa» en la Historia de la Humanidad o en la historia de la vida de un ser humando en particular. Pero siempre de forma directa, aun siendo una acción pequeña. Cuesta mucho generar gracia porque se hace desde obras buenas de corazón, oración de verdad, limosna altruista o «sufrimiento» consentido y consciente. Como más rápido se genera gracia es con el sufrimiento: por ejemplo, ayunando un día entero a pan y agua y haciendo esto simplemente para que Dios ayude a otros. Se ha dicho infinidad de veces en las Apariciones Marianas de Medjugorje, que el rezo constante del Santo Rosario pidiendo un favor a Dios es algo que funciona, pero funciona mucho mejor si se sufre conscientemente por un favor, por ejemplo con ayunos. El ayuno (en sentido amplio) tiene un poder de intercesión enorme y genera gracia de forma muy rápida.

Lo que subyace en la «Parábola del rico Epulón», además del amor al necesitado, es la Fe. Esos (los cinco hermanos) no van a «creer» aunque vean con sus propios ojos a un muerto resucitado. Pensarían, y esto es de cosecha propia, que «¡estaban tan borrachos que todos vieron al pobre Lázaro!, (risas)» y venga, seguimos la juerga continua.

La Fe nos insta a «vigilar» Una vez que, un poco a tientas, a oscuras, se cree que Dios existe, la lucha del cristiano no es ya un camino de rosas, ni mucho menos. Por creer en Dios no te vas a ir de rositas de este mundo en el que vivimos. Es más, lo más probable es que Dios quiera de ti un gran santo o santa y te va a «pulir» bien. Por creer en Dios, no se es ya santo. Santos no canonizados por la Iglesia Católica y Romana hay a patadas en el cielo; pero esa santidad se la ganaron a pulso. Personas, de esta época actual que ya eran creyentes y, que siendo creyentes, han visto con vida a Padre Pío, contemplando en sus narices cosas muy sobrenaturales, todavía deben pelear durante toda su vida. Más aún, le deben demostrar a Dios que son dignas de estar con El en el Cielo Eterno. Como Dios desea esa demostración, entonces permite las tentaciones de «El Otro» Este «Otro» va a ir a por ti «a cuchillo» porque puedes convertir a otras personas. Cuando se vence una tentación fuerte de «El Otro» le estás diciendo a Dios Padre y a Cristo: «quiero estar de tu lado»

La vida de una persona con una Fe grande no es fácil, no lo es en absoluto.

¿Qué es un santo o una santa? Un ser humano que vivió las Virtudes del Cristiano de forma «Heroica» Madre Teresa de Calcuta estuvo en aridez, no diez (10) años, como escribí en otra entrada de este blog, estuvo la friolera de cuarenta (40) años en sequedad. Cuando estaba Madre Teresa para morir, moribunda, el también santo y Papa Juan Pablo II la visitó y tuvo que realizar a la santa algún exorcismo. Ya moribunda, «El Otro» y sus huestes estaban constantemente atormentándola. La santa le repetía a Juan Pablo II, muchas veces: «esto no es vida, esto no es vida»; pero no porque estuviera moribunda, era porque en vida pasó un calvario enorme y seguía con su labor altruista sin decirle a nadie el sufrimiento interior que llevaba. Ella en vida se fio de Dios, hizo lo que realmente quería en su corazón en vida, que era amar al necesitado y al descartado por la sociedad. Pero en sus «cartas» (a modo de diario) se lee, una vez que fallece, que tuvo mucho sufrimiento interior durante los últimos cuarenta (40) años de su vida.

Con una «bolsa de gracias» de cuarenta (40) años de sequedad espiritual, pues los dos (2) milagros instantáneos necesarios para abrir la Causa de Canonización de una persona, Madre Teresa los hizo muy rápido.

Ella, Madre Teresa, sufría, sí, pero por Fe (una Fe gigante) se fiaba de Dios y de Jesús.

Personalmente, creo que san Francisco de Asís y Madre Teresa de Calcuta están al mismo nivel de santidad en el Cielo, aunque vivieron en distinto tiempo. Son de estos pocos santos que llegan al Cielo con una bolsa de gracias de cien kilos.

El concepto de Fe lo trata Jesús en los Evangelios de forma constante. Por ejemplo, en la «Parábola de las Vírgenes Prudentes y las Vírgenes Necias»

La Fe implica directamente «vigilar», que es justamente lo que Epulón y sus hermanos o las vírgenes necias no hacían. La palabra «vigilar» la utiliza Jesús en los Evangelios constantemente.

«Vigilar es sinónimo de Luchar»

Jesús decía que: «si sabes la hora a la que viene el ladrón a tu casa, estarías en vela para que no te robe» Quiere decir: «¡vigila, lucha en todo tiempo porque el Padre os examina del amor en todo tiempo!» Cuando hablas de malas maneras a un familiar, a un conocido o desconocido es como si abofetearas a esa persona, dice Jesús. Todas tus malas acciones quedan anotadas; «El Otro» lo anota para echárselo en cara a Dios y que te condenes.

Queda claro que: Fe implica Vigilar, es decir Luchar. Luchar día a día por ese Cielo. En otro sitio del Nuevo Testamento, dice san Pablo, que la vida es como una carrera (de correr). Si te caes, no pasa nada, levántate, pero por favor, sigue corriendo y llega a la meta, que es el Cielo Eterno.

La vida del cristiano creyente y practicante es una lucha interior continua. Por Fe luchamos… y sí, el mundo de hoy nos llama «locos» La Fe implica luchar porque a la hora que menos esperes el examen terminará y el Profesor te dirá, rapidamente, qué nota has sacado.

Corazones de Jesús y de María,
sean la salvación del alma mía.

El mayor «influencer» del mundo
se llama Jesús de Nazaret.

El mejor psicólogo del mundo
se llama Jesús de Nazaret.

¡Qué Dios les bendiga!

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